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Se trata de la adaptación y decoración de un local para transformarlo en una boutique; Carmen Alba.

El local en su antigua actividad, oficinas, estaba compartimentado en distintos despachos. Toda la distribución, acabados y la fachada se desmantelaron y demolieron por completo.

Para el nuevo uso del local y por exigencia del cliente, se realizó una distribución de espacios amplios y sencillos, con dependencias separadas para la zona de público, zona de taller y almacén.

La zona de público tendría que contener la zona de caja, probadores y como no, los productos de colección expuestos para su venta. (Vestuario perchado y accesorios)

Pues bien, la solución adoptada fue dejar la zona de taller vista tras un gran escaparate que abarca todo el fondo de la tienda. Así, desde la zona de público puede verse la mesa de patronaje, la mesa de despacho, el almacenaje de telas de temporada y la zona de ploteado de patrones. Dejando así ver la actividad creativa de la diseñadora y los procesos previos a la prenda.

En la zona de público se colocó el mobiliario lacado en blanco, que ofrece contraste entre el color sombra de la tienda y un panel exento en estuco blanco con el logo corpóreo multicolor de la firma presidiendo la zona de atención y ventas.

Para la ropa perchada se innovó creando un sistema de rieles en techos de los cuales penden los vestidos de la firma, los cuales pueden ser apartados y removidos, favoreciendo el paseo entre ellos y su vista desde la calle.

En fachada se demolió todo cerramiento y se colocó una cortina de vidrio a lo largo de toda ella y de nuevo el modulo estucado en blanco con el logo presidiendo el alzado.

Aires limpios y sobrios, transparencias, sombras y luz natural para unos productos de prestigio.